Tu Cutis


El cuidado de la piel debe ser un ejercicio básico diario, aunque en determinadas épocas del año el cutis sufre de manera especial, como puede ser el verano, con el sol o en invierno con el frío. Aquí hemos seleccionado 5 mascarillas que puedes preparar tú misma y que ofrecen excelentes resultados. Son sencillas y baratas, y puedes escoger la que mejor se adapte a tu tipo de piel.
Para lucir un cutis bonito hay una serie de pasos necesarios a realizar, básicos y muy sencillos. Para empezar, tu alimentación debe ser sana y equilibrada. Somos lo que comemos y una dieta saludable se reflejará no sólo en tu cuerpo o en tu cutis, sino que también se verán los resultados en tu cabello, tus uñas,y tu salud.

Porque no todas las personas somos iguales, no existe un tipo estándar de piel. Darle a tu cutis los cuidados que necesita en función del tipo que se trate es la clave para el cuidado perfecto.

Piel normal. Es casi la piel perfecta. Los poros que la componen son pequeños y, en principio, basta con los pasos básicos antes explicados para mantenerla cuidada. Hidrátala frecuentemente y lucirás una cara radiante.

Piel seca. Se reconoce por sus escamaciones, poros cerrados y tirantez. Es una dermis especialmente sensible a los estragos del clima, sobre todo, al frío. Su mejor aliado es una crema nutritiva rica en aceites vegetales, como el de la almendra o el olivo, y vitaminas, en especial, A y E. Es fundamental una buena hidratación, a ser posible tras la ducha, y el uso de cremas, lociones o tónicos humectantes.

Piel grasa. Es el cutis que se caracteriza por los brillos y los poros dilatados. A este tipo de pieles les convienen los productos astringentes que reduzcan la cantidad de grasa que segregan tus glándulas sebáceas. Aunque parezca contradictorio no debes descuidar su hidratación, por supuesto, con cremas hidratantes libres de grasa.

Piel mixta. Las personas que tienen este tipo de cutis sufren exceso de grasa en la zona de la frente, la nariz y el mentón mientras que sus pómulos y mejillas afectan sequedad. Para combatir estos problemas, tras los pasos básicos de cuidado, es bueno aplicar un gel de aloe en la zona grasa del rostro (la llamada T) y, para las zonas secas, una crema hidronutritiva.


MASCARILLA DE PEPINO Y MANZANA
Esta mascarilla se utiliza para pieles grasas. La mezcla incorpora media manzana roja, medio pepino, una clara de huevo y un chorrito de limón. Todo ello batido y frío de la nevera se aplica en cara y cuello y se deja actuar durante 20 minutos para luego retirar con agua tibia.

MASCARILLA DE YOGUR, LIMON, NARANJA Y ZANAHORIA
También para pieles grasas pero con una composición totalmente distinta. Se mezclan los zumos de un limón, una naranja y una zanahoria licuada con un yogur y se aplica de 10 a 15 minutos para retirar con agua tibia.

MASCARILLA DE MIEL Y LECHE
Esta mascarilla es limpiadora y ayuda a eliminar las impurezas de los poros. Los ingredientes son una cucharada de miel, una cucharada de leche en polvo y una clara de huevo. Déjala actuar durante 15 minutos y retírala con agua tibia, pero al final enjuaga la cara con agua fría.

MASCARILLA DE CACAHUETE
Preferentemente para pieles secas que necesiten hidratación, mezcla dos cucharadas de cacahuetes con una de aceite de oliva y otra de miel, tritúralo todo muy bien y aplícalo en cara y cuello, déjalo 15 minutos y enjuaga con agua templada.

MASCARILLA DE AGUACATE
Se usa para pieles secas y se prepara con medio aguacate y una cucharada de aceite de oliva. Se aplica durante 15 minutos y se retira con agua tibia.

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